original de Federico G. Charton. La brecha entre ricos y pobres se ensancha cada vez más, especialmente desde que comenzó la crisis, esa crisis que los poderosos se empeñan en decir que ha sido superada. Pero eso tal vez es cierto para el 10% de la población española, aquella que en la última década ha acumulado la mitad de la riqueza de nuestro país, es decir, medio billón de euros y que son el sector de población que realmente defiende este sistema.
Según
el último informe de Save
The Children,
Desheredados,
Desigualdad infantil, igualdad de oportunidades y políticas públicas
en España,
en nuestro país, entre 2008 y 2015 la pérdida media de renta debida
a la crisis fue de un 21% entre las personas más pobres, mientras
que la pérdida entre las más ricas fue sólo de un 2,1%. El sector
más afectado es la infancia.
“La
renta básica universal sería el modo eficaz de superar la pobreza
estructural del sistema capitalista e introduciría nuevos modos de
relación con el trabajo”
Desde
la ecología política se plantea una solución para evitar la
pobreza extrema: la Renta
Básica Universal
(RBU),
un sistema por el que toda persona, independientemente de su edad,
condición social o nivel de renta, recibiría una asignación lo
suficientemente elevada como para asegurar su supervivencia, según
los estándares de cada país. La RBU
sustituiría a una serie de subsidios y ayudas condicionadas a la
situación laboral de cada persona, que
seguiría necesitando
para alcanzar el nivel adecuado,
de forma complementaria, aunque
tuvieran un empleo, tendrían la libertad de poder rechazar aquellos
trabajos que atenten contra sus derechos, pues su sustento no
dependería de ello. Se
podrían realizar muchos mas trabajos por vocación. Además,
la RBU
daría visibilidad a los trabajos no remunerados, casi siempre hechos
por las mujeres de forma injusta, como son los cuidados y la crianza
(aunque tiene que venir asociado a una re-definición
de los roles en la familia). Numerosos estudios avalan la viabilidad
de la aplicación de esta renta, como los realizados por el profesor
de Economía de la UB, Daniel
Raventós, o por la Red de Renta Básica, cuyos trabajos dan
argumentos muy sólidos para hacer posible esta medida, que ya se
está poniendo a prueba en países como Finlandia.
Las
críticas a la RBU vienen tanto de la derecha como de la
izquierda del espectro político. Desde las filas conservadoras se
suele argumentar que “no hay dinero para esto”, “provocará que
la gente no quiera trabajar”, “alentará la ociosidad”, etc. A
estos argumentos se les puede contrarrestar con otros, como que
percibir una renta básica disminuiría la presión de aceptar un
empleo cualesquiera que fueran las condiciones laborales ofrecidas.
En segundo lugar, una renta básica estimularía con toda
probabilidad el autoempleo, pues disminuiría de forma considerable
los riesgos de emprender un proyecto nuevo. Además, traería consigo
una presión al alza de los sueldos de quienes desempeñan trabajos
incómodos y poco gratificantes.
Desde
la izquierda también se critica la RBU, con argumentos como que, se
entrega dinero a los beneficiarios para que compren los productos y
servicios siguiendo la lógica del mercado, este juicio minusvalora
la capacidad de las personas de consumir de forma responsable1.
La izquierda prefiere el empleo remunerado garantizado, moneterizando
toda actividad, aunque sea voluntaria y en favor de la comunidad.
Argumentan que subiría la inflación y que los costes de la RBU
serían mayores que los actuales referidos a la Renta Mínima,
razonamientos rebatidos por los defensores de la RBU que
pueden ser fácilmente consultados en la red.
La
Renta Básica Universal es una medida que está siendo debatida en la
actualidad, y cuyos beneficios, en mi opinión, excederían sus
desventajas, siendo un modo eficaz de superar la pobreza estructural
del sistema capitalista e introduciendo nuevos modos de relación con
el trabajo, para alcanzar una sociedad más justa y solidaria.
Federico
G. Charton. Catedrático
de Música de Educación Secundaria en un instituto de Murcia. Nació
en 1965 en París (Francia). Licenciado en Biología por la
Universidad de Murcia (1989), ha trabajado en temas de educación
ambiental antes de dedicarse a la docencia en la especialidad de
Música desde 1993, simultaneándolo con su interés por los temas
ambientales. Miembro de Los Verdes de la Región de Murcia (ahora
EQUO) desde 2003. Actualmente afiliado de EQUO RM, organización de
la que fue co-portavoz regional entre 2011 y 2013 y miembro de la
Mesa de Coordinación Autonómica entre 2011 y 2015.
1
Si se consigue la RBU, muchas mentalidades tendrán que cambiar.
Esta medida ayudaría a ser mas conscientes.