sábado, 14 de septiembre de 2019

Crecimiento económico y la Renta Básica por Ramiro Pinto

Anteriormente a la II Guerra Mundial la expansión económica provocaba la necesidad de más materias primas, de más mercados, lo que dio lugar a la conquista de otros territorios, origen del colonialismo. El crecimiento aumentó la población, lo cual generó una presión no sólo demográfica, sino de más empleo, incluyendo la industria militar, cuya sobre-dimensión desembocó en guerras entre países vecinos o hasta dentro de la misma nación, para aumentar los recursos, de tal manera que el crecimiento económico desembocaba en guerras, a lo que se llamó “época de bonanza”.
¿Un crecimiento económico que necesitaba ejércitos para la guerra?, Estas guerras destruían y obligaban a volver a construir más edificios, más industrias y más infraestructuras. En cada ciclo , un nuevo inicio, supuso el endeudamiento, lo cual se ha convertido en algo permanente y ya no es posible más. Tras una guerra el crecimiento económico salda la deuda, crea riqueza hasta que no da para más y viene su declive, las crisis cíclicas hasta…
Por otro lado la guerra con las nuevas tecnologías de tipo nuclear, biológico o químico no tienen sentido económico, pues la destrucción afectaría a ambos bandos, no habrá ganador ni vencido y las nuevas armas matarían a millones de personas, pero dejaría intacta las infraestructuras (con las armas químicas o biológicas). Se hacen guerras locales, con armamento tradicional, para apoderarse de fuentes de energía o de materias primas, pugnando por ellas las grandes potencias económicas que apoyan a un bando o a otro, sea el coltán, los pozos de petróleo, las vías de distribución del gas natural, o grandes depósitos de agua.
Hago un inciso antes de responder a la pregunta sobre ¿hasta dónde y hasta cuándo el crecimiento económico desde el punto de vista de la Teoría Alternativa?, que precisamente se plantea como respuesta a esta pregunta. La llamada “crisis” y la caída en esta última de la que no es posible salir, si no es saliendo del modelo que la provoca, es consustancial al desarrollo económico del último siglo, pero cuando el ciclo deja de ser “cíclico” es a partir de los años 90, cuando se debió de haber implantado la Renta Básica, pero sucedieron dos efectos de resonancia que impulsaron el desarrollo económico dando lugar a dos crecimientos dentro de la contracción económica. Esto creó el espejismo de la recuperación económica basado en las inversiones financieras de los nuevas tecnologías que impulsaron al resto de sectores artificialmente, de manera que estaban asentando una crisis definitiva en un modelo que estaba en vías de finalizar sin recuperación posible. Fue como una revitalización dentro de la agonía de un sistema al que se acababa el fuelle.
Tales olas de resonancia fueron la comercialización de la telefonía móvil y los juegos y productos derivados y posteriormente la comercialización de los ordenadores e internet, que resolvieron el problema de los beneficios con capitales emergentes que funcionaron en la economía bursátil, pero no tuvo consecuencia real respecto a la pobreza ni a la de creación de empleo de una manera rentable y general, sino sólo de manera muy parcial. Pero se tiró del dinero público dando visos de realidad a una recuperación ficticia y a un falso crecimiento. Se ha logrado expandir la economía, pero en lugar de razonar sobre lo que estaba pasando los economistas se ensoberbecieron en ver los síntomas y otra vez más de lo mismo, unos países desde potenciar industrias, como la del automóvil, otros con la construcción de viviendas o dar lugar a la concentración de las distribuidoras de alimentos, las grandes cadenas de supermercados y los servicios se trasformaron en una industria más que se hace rentable en la medida en que las condiciones laborales son más deplorables y esto, junto a la necesidad urgente de dinero por parte de los estados , siendo pan para hoy hambre, para mañana. Ante la falta de miras, se produce un proceso masivo de privatizaciones que hemos vivido en la última década, cuya inercia ha llevado a un proceso en cadena que es necesario enlazar en su conjunto. Han pretendido arrastrar a la sanidad y a la educación pública, que se salva por los pelos gracias a la reacción de la ciudadanía en mareas de protesta, pero que es un paso que se está dando parcialmente en estos sectores también. Se ha privatizado el agua, los servicios de basura, de jardinería, los trasportes “públicos”, que ahora son colectivos nada más, la gestión de diversos registros, además de las llamadas “externalizaciones” de muchas tareas de instituciones públicas y de los autonómicos o ayuntamientos.
El crecimiento económico o bien tiene unos límites desde el punto de vista de la teoría económica convencional o desemboca en una crisis (ciclo) o en una guerra. Más que ¿cuál es su límite?, porque no es algo natural, la pregunta correcta es ¿qué limite ponemos al crecimiento económico?, es decir ¿hasta dónde y hasta cuándo?. La respuesta desde la Teoría Alternativa es: hasta que sea posible la Renta Básica, de esta manera se convierte, además, en una necesidad su aplicación.
Este planteamiento tiene enjundia, pues muestra que no se trata de poner la Renta Básica por poner, sino que es como consecuencia de un desarrollo económico que tiene en cuenta el progreso tecnológico, el cual sustituye mucha mano de obra y permite Sustentar, desde el punto de vista ecológico y económico. Como dijo Erich Fromm en su obra “La sociedad sana”, año 1952, el problema no es de índole económico, sino de mentalidad. De ahí la necesidad de razonar, difundir y asimilar esta medida.
No se puede aplicar de cualquier manera la Renta Básica, ni a medias, ni en donde no sea necesario, aunque fuera posible, ya que en países empobrecidos (siendo países con grandes recursos) no es conveniente aplicar la Renta Básica. Tal es la paradoja, que muchos detractores desde sus trincheras ideológicas achacan, falazmente, contra la Renta Básica o quienes sin rigor teórico proclaman que sí, que café para todos1, cuando hay que ver cuál es el mecanismo de aplicación de esta medida, que Eric Fromm llamó el “salario asegurado”. En estos países hace falta el trabajo como elemento de desarrollo, porque ¿de qué sirve dar dinero a una población si carece de hospitales, si tenga o no dinero no va a poder ser asistido?, si no hay escuelas públicas ni universidades, ni carreteras. En un desierto de nada serviría llevar la cartera repleta de billetes. Más necesaria será una cantimplora con agua. Pero en New York, ¿para qué queremos la cantimplora? Las carencias estructurales se han de construir con el factor trabajo, con empleo como factor central y como forma de distribución de la riqueza, pero una vez se implante un sistema social generalizado para la sociedad y se llegue al punto del crecimiento óptimo, es cuando hay que aplicar la Renta Básica.
No es éste un tema baladí, pues tenemos experiencia histórica de lo que que es una aplicación incorrecta o ideologizada de buenas teorías, como pudo ser el socialismo, o el comunismo como teoría económica. Estaba planteado para sociedades industriales desarrolladas, de manera que exigían una planificación de la producción y a su vez evitar la explotación económica. Sin embargo se aplicó en sociedades aún agrarias, poco industrializadas y con una organización en muchas aspectos feudales. Para hacer la travesía a la sociedad industrial se impuso la dictadura del proletariado fuera del contexto democrático y desajustada de la economía real, basada en las necesidades, es decir, de las personas reales. Fue el caso de la URSS y de China, con todos sus países satélites posteriores. Se construyó un espejismo y su implantación fue una monstruosidad con “pies de barro”.
Pero obligo a las sociedades industriales capitalistas que fueron recalando, ante el miedo a este nuevo régimen económico, político y militar, con políticas económicas en las que interviniera el Estado como gestor del crecimiento basado en la Teoría General de Keynes y garantizar derechos sociales como fundamento democrático. Siendo así que la Renta Básica acaba siendo una Tercera Vía entre el modelo liberal y el keynesiano, como síntesis superadora de ambos antagonismos. Porque el método dialéctico aplicado a la economía da como resultado, también, la Renta Básica.
Por ello la Renta Básica plantea: trabajo y empleos sí, pero el que haga falta. Crecimiento económico, sí, pero hasta un límite que no ha de ser sobrepasado, cuya acotación es urgente implantar cuanto antes.


1En los países avanzados el incremento del valor de los productos con el pago de impuestos permite asegurar la Renta Básica.